Por Guillermo Mantagut, fundador de TaReAs
A medida que transcurren los años, los profesionales se van
alejando de la escritura, y no es porque no tengan qué escribir, sino porque no saben cómo
hacerlo.
Los problemas de forma influyen tanto sobre el texto que en la mayoría
de los casos, si no se cuida, rompen la comunicación o hacen llegar un mensaje
tergiversado.
En las publicaciones impresas y digitales de Tareas, usted podrá conocer
algunos consejos prácticos sobre cómo hacer más fácil la labor de comunicar sus ideas por escrito.
El primer error frecuente de los textos de la mayoría de los aprendices
de la escritura es la elaboración de párrafos extensos o la falta de espacios
en blanco entre párrafo y párrafo. Esto hace que los textos sean poco
llamativos visualmente para el lector. Los periodistas llaman a este desacierto
un “ladrillo”, pues no tiene una forma agradable para atrapar al lector.
El lector necesita un descanso para la vista. ¿Cómo conseguirlo? Con párrafos cortos, de un promedio de cinco líneas. Este espacio es suficiente para desarrollar una idea.
El mejor ejemplo para entender este fenómeno son las páginas de los
periódicos: al abrir una y no encontrar fotografías o espacios en blanco,
inmediatamente el lector siente un rechazo hacia el texto y decide dejarlo para
más tarde o para siempre.
La imagen triunfó sobre la palabra, es cierto. Por eso debemos aprovecharla en nuestro texto: la forma de nuestro escrito también es una imagen.
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