martes, 7 de mayo de 2013

Escribir con consciencia


Por Laura Vásquez, correctora de estilo de Tareas 



En nuestro idioma existen numerosas palabras que admiten doble escritura y tienen el mismo significado (por ejemplo: cardiaco y cardíaco, mistura y mixtura, giga y jiga). La recomendación editorial es seleccionar una de las dos y usarla igual en todo el texto o publicación, según sea el caso.

Para unificar los documentos en su empresa, realice un listado de las palabras más usadas en la compañía, especifique allí la escritura seleccionada y divúlguela a su equipo de trabajo. Esto se verá reflejado en la presentación y en una mejor comprensión de los textos.

Tenga en cuenta que hay casos que sí tienen diferente significado, como conciencia y consciencia. Entre otras acepciones, la Real Academia Española de la Lengua define la primera así: “Conocimiento interior del bien y del mal”. Esta es usada en sentido moral. Entretanto, la palabra consciencia es el “Conocimiento inmediato que el sujeto tiene de sí mismo, de sus actos y reflexiones”.

Un ejemplo de uso de las dos formas podría ser: “Caminaba por el pasillo del monasterio y mi conciencia no dejaba de decirme que había obrado mal y que merecía arder en el Infierno; deseaba el peor de los castigos. Entonces, no sé de dónde, cayó un peso sobre mi cabeza y perdí la consciencia...”.

Sin embargo, el adjetivo de estas dos palabras es consciente y su antónimo inconsciente, de modo que es incorrecto decir “él es conciente” o “ella está inconciente”.

Así mismo, el verbo correspondiente es concienciar (no concienzar) o concientizar (de uso común en América Latina).

Finalmente, de no tratarse de un texto filosófico, ético o moral, lo más práctico es unificar el uso de la palabra a consciencia (consciente, inconsciente) y su verbo a concientizar.

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