miércoles, 5 de junio de 2013

Enfréntese al punto seguido

Por Guillermo Mantagut, Director Académico de Tareas



Cientos de profesionales se ven a diario en apuros porque no encuentran una forma clara de escribir. La ausencia del punto seguido es una de las causas más comunes de este problema.

Los colombianos, al parecer, desconocen el punto seguido. La gran mayoría lo evita en sus textos y lo reemplaza por otros signos que transforman la intención comunicativa del escrito.

Le tienen miedo porque consideran que al usarlo rompen la redacción, obligan al lector a pasar a otra idea o detienen el ritmo de la lectura.

Sin embargo, todos esos temores de los redactores se originan en el desconocimiento de su verdadera función: el punto seguido, muy diferente al punto aparte, separa las oraciones que desarrollan una idea. Si se expresa un concepto y se quiere razonar más sobre este, es válido marcarlo.

Miremos un ejemplo:

El mar estaba embravecido aquel día. Los barcos bailaban sobre el agua sorteando las olas con dificultad. Miguel, sentado en el muelle, esperaba el regreso de su padre.

En un párrafo de cinco líneas se aconseja utilizar mínimo un punto seguido. Esto dará más claridad y alegría al texto y hará más fácil la tarea del lector.

Según un sondeo entre correctores de estilo de revistas y periódicos del país, no marcarlo adecuadamente es una de las causas más frecuentes de la redacción confusa.

El profesor de periodismo Nelson Ospina considera que ahora se utiliza más el punto seguido porque así se atrapan más lectores, como lo han hecho escritores modernos, quienes han copiado el estilo periodístico: oraciones y párrafos cortos.

Por su parte, el colaborador del Instituto Caro y Cuervo Luis Fernando García opina que este signo tiene mayor vigencia en la actualidad, porque se ha independizado de la tesis de que solo sirve para hacer una pausa en la respiración.

García, quien compara los signos de puntuación con las señales de tránsito de una ciudad, dice que el punto seguido es como el Pare, en donde el conductor debe detenerse unos pocos segundos y continuar su marcha.

Aunque este tema podría crear toda una polémica entre gramáticos de una y otra corriente, lo cierto es que el punto seguido ha estado por mucho tiempo en el cuarto de sanalejo. Mientras no se desempolve y utilice, la claridad de los textos se verá comprometida. 

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