lunes, 7 de abril de 2014

La sociedad de la información


Por Laura rojas 
Licenciada en filología e idiomas
Candidata a magíster en periodismo


El presente periodo histórico, denominado por muchos “la sociedad de la información” o por algunos “la era del conocimiento” —dado el desarrollo tecnológico y el acceso masivo a estas nuevas formas de comunicación—, ha estado marcado principalmente por los cambios en la manera en que interactuamos con nuestro entorno y accedemos a la información. Ya no se trata de una relación vertical entre los medios y las audiencias, entendiendo internet como un medio de comunicación. Actualmente, los consumidores de información la recibimos sin necesidad de buscarla, y, por otro lado, tenemos la posibilidad de retroalimentar los datos, en general. 

Se sabe que el desarrollo tecnológico conlleva desde nuevas palabras en los códigos de comunicación hasta cambios estructurales en las formas de pensar y entender el contexto propio. Desde hace poco más de una década, la discusión dentro de las sociedades ha estado orientada a comprender estos cambios y adaptar a este esquema la manera de producir información. En ese sentido, se ha vuelto habitual encontrar foros y debates sobre la forma en que internet afecta el modo de informarse, dentro un contexto global sobreinformado, en el cual los acontecimientos son registrados de manera casi empaquetada, atendiendo a la inmeditez como un camino fácil para alcanzar el éxito momentáneo de la generación de contenidos.

Sin embargo, hoy las audiencias desempeñan un rol activo en las dinámicas de la información, en tanto la producimos, gracias al acceso y empleo de las distintas herramientas que nos ofrecen las Tecnologías de Información y Comunicación TIC. Es así que, por ejemplo, el periodismo ciudadano es una realidad, y las problemáticas que antes no era posible saber debido al mainstream de la información, hoy cualquier persona las puede difundir valiéndose de las distintas herramientas tecnológicas, disponibles cada vez más para todos.

De esta forma, la brecha social se va haciendo más corta, pues basta tener un computador con internet para empezar a democratizar el conocimiento, antes solo disponible para grupos sociales específicos. El papel del Estado, dentro de un ámbito democrático, debe garantizar entonces el acceso a las TIC y la forma de optimizar su uso. Igualmente, debe promover su apropiación, pues esto generará que ya no sean solo algunos quienes ejerzan control del poder, sino toda una sociedad que empieza a generar nuevas dinámicas en relación con la educación, la política, la economía y todos los aspectos que rigen la vida del ser humano.

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